Lanús y Estudiantes dejaron una demostración de cómo juegan hoy

Sin el brillo de otros tiempos, igualaron 0-0 y están lejos de la cima; el León, con suplentes, tuvo un mejor desempeño; pocos hinchas platenses

Por Luis Botto Para LA NACION 07 de Marzo de 2010

Lanús y Estudiantes, en realidad, tienen la cabeza en otra cosa. En otro torneo: en la Copa Libertadores. Por eso, cuando juegan en el certamen doméstico, hasta parece que guardasen energía para el campo internacional. Lanús esta semana no tendrá compromisos coperos, como sí lo tendrá Estudiantes, pasado mañana, en la altura de La Paz. Por eso dispuso de un equipo de titulares, a diferencia del León, que apenas tuvo dos privilegiados desde el comienzo, Enzo Pérez y Clemente Rodríguez. De todas maneras, con o sin nombres propios, Lanús y Estudiantes quedaron en deuda: ya hace un buen tiempo que perdieron la brújula que los convirtió en una referencia necesaria en el fútbol doméstico.

Ni Estudiantes es aquel equipo deslumbrante desde lo colectivo e individual ni Lanús conserva esa frescura e inventiva que lo convirtieron en esa suerte de ejemplo por seguir. No les sobra fútbol, no les alcanza con la solidez. Intentan más de lo que resuelven, proponen mucho más de lo que concretan. Por eso, el 0-0 de anoche no fue una sorpresa para la mayoría: siguen lejos de los puestos de vanguardia.

Y en la Copa Libertadores, su obsesión, tampoco están perfectos. Acaso, Estudiantes se muestra más holgado, pero no demasiado: por ejemplo, con el partido de anoche, ya lleva ocho partidos sin ganar como visitante, cinco derrotas y tres empates, una estadística que abarca lo doméstico y lo exterior. En realidad, Estudiantes hoy es noticia, lamentablemente, más por la sangrienta lucha de poder de su hinchada que por el juego en sí. En el choque ante Lanús sorprendió la poca gente que concurrió, apenas unas 800 personas, si se recuerda el gran poder de convocatoria del León. Tal vez, haya sido por el temor que genera el recuerdo fresco de la muerte de un policía, después de un enfrentamiento entre hinchas, horas antes del partido con Argentinos.

Hubo pocas situaciones de gol, aunque las mayores fueron de Estudiantes, en la parte final. Curiosamente, la mejor perteneció a Lanús: un zurdazo de Lugo que chocó contra el palo izquierdo de Albil. Lanús debió llevar el peso mayor del encuentro, porque se disputó en su casa y porque tuvo a sus principales figuras, pero no lo hizo casi nunca. El bajo desempeño de sus principales piezas es un problema casi sin solución para el joven entrenador Luis Zubeldía. Más aún, el arquero Marquesín resolvió con acierto más de un avance comprometedor del equipo platense. Fue, claro, la figura del match.

Con las intermitencias de Blanco, evidentemente, ya no alcanza. Y estudiantes se dio cuenta de esta situación: Alejandro Sabella dispuso los ingresos de Benítez y de Boselli, pero no tuvieron demasiado tiempo para inclinar definitivamente la cancha.

Eso sí: dejó una mejor imagen el equipo platense en el cierre del encuentro. Más incisivo, más ambicioso, con la determinación evidente de ganar el encuentro. Que, de todas maneras, no iba a transformar la ecuación: Lanús y Estudiantes perdieron el respeto que se ganaron por malos resultados y deslucidas tareas. Pero como conservan el fuego sagrado y esa mística ganadora, siempre van a tener el crédito abierto. El 0-0 de anoche muestra como están hoy, aunque ellos bien saben que deben volver a ser cuanto antes.

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