Por primera vez, cuatro selecciones de nuestro continente se ubicaron entre los ocho mejores; no se eliminarán entre sí y el sueño de una semifinal exclusiva no es imposible.
Por Daniel Arcucci
Enviado especial
PRETORIA.- Algunos, imaginativos, aseguran que el carro triunfal venía por la avenida Park, que bordea el estadio Loftus, cargado de hinchas con banderas argentinas, brasileñas y uruguayas, y que allí mismo se subieron los paraguayos, después de que Cardozo pusiera fin de manera triunfal a 120 minutos de sufrimiento y a una tensa serie de penales.
Pero es sólo una imagen. Una foto que se le puede sacar a este Mundial, en el momento en el que ingresa a los cuartos de final: entre los ocho mejores hay cuatro equipos sudamericanos, posando con autoridad, por delante de los tres europeos y del único africano.
Encima, cuando se bajen de aquel carro imaginario, cada uno irá para una cancha distinta, lo que quiere decir que no se cruzarán entre ellos, dejando abierta la puerta a una situación insólita: que también las semifinales sean exclusivamente sudamericanas.
"Es cierto que Brasil y Argentina están algún peldaño arriba, pero los otros tres equipos (Chile, Paraguay y Uruguay) teníamos el potencial suficiente como para hacer algo. Y lo que hicimos es importante: espero que se tenga en cuenta para establecer los cupos del próximo Mundial. En las eliminatorias, nuestros equipos sufren, pero después disfrutanen la Copa del Mundo." Ladeando la boca, el Maestro Tabárez, DT de Uruguay, pareció hablar en nombre de todos sus colegas continentales.
El resto, por cierto, también había dicho lo suyo, como Maradona: "Los sudamericanos estamos haciendo el Mundial que, en realidad, se tendría que jugar: con equipos que den la talla. La clasificación es mucho más competitiva que en Europa. A mí no me cabe duda de que Ecuador podría estar acá. En cambio, jugar con islas Faroe, qué sé yo?".
Y el Tata Martino había ido en la misma dirección: "No conozco bien la eliminatoria africana y no sé por qué se me ocurre que es muy difícil, pero no tengo ninguna duda de que las dificultades que tienen los principales equipos de Sudamérica enlas suyas son totalmente distintas de las que tienen las potencias de Europa", dijo.
La coincidencia de tres de los cuatro DT en la competitividad y dureza de la clasificación parece ofrecer la primera razón del éxito, aunque no debe ser la única. Martino, aún emocionado por la victoria sobre Japón, entregó otra punta: "Con un jugador así, al que le sobran tantas agallas, hay que rendirse", dijo sobre Tacuara Cardozo, que le pidió expresamente ser el responsable del último penal en la definición. Cardozo, que creció en Paraguay y se mostró en la Argentina, brilla hoy en el Benfica portugués. Como la mayoría de sus cocontinentales, es figura principal en alguna de las Ligas europeas, con un efecto doble: por un lado, se foguean y se destacan en la altísima competencia; por el otro, les compiten a las figuras y les quitan espacios a las promesas del medio en el que juegan. Fue lo que denunció Giancarlo Abete, presidente de la Federcalcio: "...ste no es un problema exclusivamente italiano, es de todo el fútbol europeo. No tenemos suficientes jugadores con experiencia internacional".
Quizá no sea casual, tampoco, que entre los tres europeos que quedan -y hacen fuerza para que la balanza de títulos mundialistas no se incline hacia Sudamérica- dos sean de las Ligas menos potentes, de las que menos compran en el exterior, como sucede en la Bundesliga alemana y en la Eredivisie holandesa. España tiene razones para ser una excepción: una de ellas es el Barcelona, base de este seleccionado en juego y en figuras.
Ahora bien, ¿el "boom sudamericano" en el Mundial implica "una línea de juego sudamericana"? No.
No sólo que los cuatro son diferentes en antecedentes y en potencial, como reconocía el Maestro Tabárez, sino también en estilo. Dunga, el DT del Brasil más europeo que se recuerde, decía de su próximo rival en cuartos de final: "Holanda parece un equipo sudamericano". ¿A cuál, en todo caso?
Brasil paseó por la primera fase exhibiendo su solidez, su aceitada táctica, su potencia física y el brillo sólo necesario para demostrarles a sus rivales que era más. Contra Holanda se exigirá al máximo.
Argentina se sustentó en su extraordinario poder de fuego, una continuidad del peso que sus individualidades tienen en las principales Ligas europeas. El resto se lo llevó el magnetismo de Maradona. Contra Alemania, buscará revalidar sus buenos antecedentes ante equipos europeos.
Uruguay les puso el pecho, como siempre, a sus limitaciones y encontró, en distintos momentos, las respuestas de sus fantásticos goleadores, Forlán y Suárez. Se cruzará con Ghana, en principio el más accesible de los rivales para los equipos del continente.
Paraguay se hizo fuerte atrás para compensar lo que le falta adelante. Aprovechó las oportunidades que le dio su grupo y le costó más jugar como favorito. No lo será en cuartos, ante España, y eso es bueno.
A esta altura, imaginar unas semifinales entre Brasil vs. Uruguay y Argentina vs. Paraguay parece un sueño. Pero no imposible.
- Sólo dos definiciones entre vecinos
En la historia de los Mundiales sólo hubo dos definiciones entre equipos sudamericanos: en 1930, en el Centenario, Uruguay le ganó 4-2 a la Argentina y en 1950, en el Maracaná, Uruguay le ganó 2-1 a Brasil.
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muy buena nota, felicitaciones!! AGUANTE SUDAMERICAAAAA
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